La vida es hoy, sucede ahora y puedo sentirla. Necesito entrenar mi mente para situarla donde está el cuerpo, donde las emociones suceden, de este modo podré sentir un poco más, sentir la presencia, el mayor de los regalos.
La vida sucede ahora, es hoy. Lo que piensas hacer está en tus pensamientos, lo que decides también, aquello que quieres que suceda solo existe en tu mente, mientras tanto la vida sucede y lo hace delante de tus narices. Te invito a sentir lo que suena, observar lo que sucede delante de tus ojos, más allá de valorarlo, te propongo que te olvides por un momento de enjuiciar y ordenar, de buscar el origen de las cosas y el funcionamiento de los eventos. Ni siquiera lo intentes entender.
Es más que mirar, es ver más allá. Empieza con un árbol en medio de la noche, si de fondo hay una playa mejor. Comienza escuchando atentamente el cantar de un pájaro. Sigue con tu mirada a una mariposa, ten cuidado que perderás la noción del tiempo y del espacio, es casi mágico.
Te lo digo como un entrenamiento diario, dedicar unos momentos a sentir lo que sucede sin enjuiciarlo, a respirar sin más, mirar algo que te guste sin más. Es difícil, por eso hay que entrenar. A la mayoría nos enseñan desde pequeños a valorar, contar, enjuiciar, opinar, priorizar, ordenar, clasificar…eso está bien y nos ayuda para vivir tranquilos pero a veces abusamos de ello.
Te propongo hacer de ésta una vida más sencilla